jueves, 1 de febrero de 2007

Tierra de Nadie

¿Donde se mueren las ilusiones?

¿Donde se entierran los sueños?

¿Es suficiente dar voz al tiempo para que nos responda estas preguntas?

¿Es la vida la que no quiere respondernos?

¿Solamente nuestras alegrías no bastan para dar aliento a esto
que se muere?

¿Solamente los años pasados no dejaron semillas de recuerdos
o fueron cientos de pájaros de plumas grices que robaron
la simiente, dejándonos por cosecha el frio aliento del vacio?

Respiro, mis dedos dejan de producir el sonido acompasado que el
teclado emite compañía del silencio en la penumbra donde suelo
escribir.

Las paredes, cómplices avejentadas de una canción andina se dejan
acariciar suavemente por las ultimas notas de un cíclico repetirse
"y es el corazón como el ave de cristal/ tan fácil de romper/
tan difícil de entender"

Pienso, respirando un trozo de noche, sí, mi noche que no se acaba,
que me sigue fielmente en medio de las locuras de mi ser, que,
por ahora, está desbordado de ... dolor ...

¡Noche! no me desampares, háblame de miles de cosas que bajo tus
negros cabellos ... amiga dejame penetar suavemente tus misterios,
necesito de tu compañía, de tus palabras, de tus ojos, que se confunden
con las estrellas en ese lejano universo que palpita tras la gran explosión ...

Dejame escuchar tus silencios. Dejame llegar profundamente a tu
soledad mas cálida que la mazmorra en que mi cuerpo se ha convertido.

Recordar ... esa función que nuestro ser se la devora dejando escapar
migajas sobre el piso brillante de la memoria que cada vez recuerda
menos, mientras nuestras manos toman la forma de arrugados plieges
violacios cartones, preámbulo de nuestra muerte.

Vida reducida a recuerdos ... ¡nuestros mejores girones de vida!
¿que son ahora?

¡Vida ..... porque este sin sentido! ¡locura sublime! solamente
te acepto como la condición a la que estoy amarrado ... hasta
que el dia comience a correr tus cabellos con miles de hilos
luminosos en un éxtasis indescriptible, ¡arrebatador momento
de resurrección!

"En mi pecho no existe el rencor" palabras que cierra
el torbellino ... miro en torno mio ¡si aquí estoy! convencido
de haber sido rescato otra vez de uno mismo ...

¡Porque! si no quiero regresar de este sitio,
vivo por llegar a la noche, cada día. No dejes amiga que me
arrebaten asi de tu lado, aquí ni la tristeza es tan amarga, como
el vivir viendo, sin que tus ojos expresen la mas simple alegria,
sin que tu piel sienta, la mas mínima caricia, de unos delicados
dedos femeninos, ni que el sonido de la habitación, deje pasar
a la voz de una muchacha preocupada y amante de ese hombre
que me convertí.

Las tantas noches de las que vivi, realizaron sobre mi,
el efecto de haber viajado a un mundo que, solo yo,
pedía recorrerlo y eso me producía paz, aunque siempre regrese de él
sombra y luz, guerra y paz, norte y sur, amor y odio, sentido y razón,
angustiosa tensión que forma parte de la quinta esencia de mi existencia.
Mas la intimidad del lugar me producen una satisfacción morbosa,
casi animal, que disfruto lamiendo mis heridas de fiero lobo.
Heridas hijas de peleas sin nombres, cuya única frontera es la
del continuo movimiento hacia extremos existencialmente opuestos.


Yerba Buena, 1de junio del 2005.

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