lunes, 5 de febrero de 2007

Cansancio, sólo cansancio

Es de noche. Respiro profundo ese cansancio de la semana.
Una semana ... como otras ... pero distinta. Si, estoy en mi viejo
cuarto en casa, lugar donde trabajo, donde escribo, donde, a veces,
me sorprende el llamado de alguna madrugada.

Hoy, decidi hacer un alto entre las actividades y conciliar el sueño,
solo para reencontrarme con esos momentos que hicieron la semana
distinta, solo regresar a beber de esas gotas que refrescaron el
desierto cotidiano en que aveces paso mis dias.

Sueño despierto y el tiempo viaja por no se que singular fuerza
hacia un pasado cuya certeza quedó fundida en fantacias que de
niño eran el duro suelo de miles de correrías hacia una juventud
donde modelé ciclópeas construcciones ... aún persiste en mi
ese embrujo de una Gitana que supo tejer entre sus huesudas y largas
manos los hilos de mi pensamiento, los anhelos de mi corazón loco
de amor, entre los suspiros de sus labios y los deseos de su piel,
con esa gran alma de mujer. Surgiendo así la mas maravillosa
trama que puede hacer vivir una amistad. Si, yo, Hechicero escapando
y resistiendo al destino; ella Gitana dueña del conjuro de cambiar ese
destino...

Miro hacia la ventana. Afuera noche fría de otoño. Dentro del cuarto
me rodea cobijandome el manto cálido de los recuerdos de ese
pasado que aún vive de ella.

Amistad entre una Gitana y un Hechicero, ¿unidos y distantes? -locura
quizas del corazón- o ¿profundos lazos de amistad para los cuales
la distancia es la tierra donde crecen?
¿Caminos que se cruzan, destinos que se tocan para tomar mas fuerza
para seguir cada uno su estrella?

No se ... lo unico que el recibir las gotas sobre los labios de cada
uno de esos instantes, dieron fuerza, sanaron heridas, iluminaron
las pupilas de mis ojos negros de tantas noches sin estrellas.

El día en que la suave y clara voz de Gitana, acaricio como la
bruma de la madrugada el alma del Hechicero, con los suspiros,
como dulce manos sobre el cuerpo tivio, dieron fin a su rutina
y pusieron música a su vacio.

Ahora, es cuando puedo decir ¿que seria del mundo sin esa Gitana?
¿que sería de mí sin esa voz joven, que desde su rutina y cansancio
sabe aun dar un soplo de alegría, un trozo de su alma,
una mano amiga que desinteresadamente se entiende en un "aqui estoy"?

Ahora, sé de tu cansancio, de tu lucha diaria por estar con tu gente
poniendo el hombro en todas las cosas.

Ahora sé de tus alegrias, de tus penas, ese esforzado empeño por
ganarle al desánimo cuando algo te sale mal; de ese tocar el cielo
cuando te sientes amada.

Ahora sé de esa exicitación completa que a veces te hace perder
la cabeza con tu cuerpo a gritos de caricias de una mano que con
ternura sepa leer tus pliegues.

Ahora sé de ese brillo en tus ojos negros, que muero por verlos y
sumergirme en ellos, ahora es cuando puedo decir que los conozco,
aunque no los vea.

Es tarde ... los últimos ecos de una tonada de los Jarkas
... no se acaba el mundo cuando un amor se va ... se diluyen sobre
las paredes como una pintura fresca que poco a poco impregna la
superficie. El corazón ...como un ave de cristal... tiemblo y me
recorre un desasociego al mismo tiempo que la imagen de trasparente
hielo reflejando distorcionadamente la idea del cristal añade un frio
extremo que poco a poco va entumeciendo mis articulaciones...
Miro insistentemente sin ver el fondo mismo de la existencia que
me rodea, desesperado trato de buscar donde sumergirme en el pasado...
esperanzado en encontrar de nuevo esa Gitana, cuando un soplo
estival llega sin origen...

Yerba Buena, 7 marzo 2002

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